Tampoco lo harán las rejas que mantienen secuestrades a les compañeres preses anarquistas y mapuches. Tampoco callarán los gritos del pueblo mapuche los motores de las máquinas del progreso. Tampoco silenciarán la lucha de parte del pueblo chileno contra el Estado y el Capital, por mucha cobertura mediática que se preste a la verborrea de Sebastián Piñera (Presidente de Chile) y su camarilla.
Vergonzoso, aunque habitual, es el comportamiento al que los mass media nos tienen habituades, pero no por ello vamos a dejar de denunciarlo. Esta vez, el espectáculo de distracción mediático ha sido en el Estado chileno. A cualquier parte del mundo ha llegado la retransmisión espectacular de los hechos acontecidos alrededor del accidente en el yacimiento minero cuprífero y aurífero de San José (a 800 km al norte de Santiago), donde 33 mineros quedaron atrapados a centenares de metros bajo tierra. Hasta ahí, todo normal, y decimos “normal” porque es la tónica habitual en todos los lugares del mundo: que les trabajadores nos dejemos la vida en nuestros puestos de trabajo, sea la mina, la obra o la limpieza, da igual el sector. Son decenas de miles les trabajadores muertes al año en accidentes laborales y centenares de miles les herides, muchísimas más víctimas que las que pudieran dejar las denominadas “Organizaciones Terroristas”. Las penosas y precarias condiciones laborales en las que el proletariado mundial se ve obligado a trabajar, con la consiguiente sangría de vidas continúa otorgando cantidades astronómicas de dinero a la clase empresaria, siendo cómplices los Estados y los medios de comunicación con su silencio.
Pero entonces, ¿por qué tanto ruido mediático en esta está ocasión? La pregunta a esa respuesta es dada por la actual situación social en el Estado chileno. El país andino viene arrastrando desde la dictadura de Pinochet hasta el actual régimen continuista (bajo la careta de la democracia burguesa), un sistema económico neoliberal de capitalismo salvaje. Dicho sistema es un suculento manjar para las multinacionales del mundo entero que desde la década de los 70 se han ido asentando en el país, llegando a controlar todos los resortes del Estado chileno. Actualmente, a la cabeza de esa clase política se encuentra el títere Sebastián Piñera. El Estado chileno ha heredado el aparato represor gubernamental de la dictadura militar de Pinochet, con centenares de preses polítiques, asesinatos por parte de la policía, tortura, aumento de la presencia policial en las calles y un refinamiento de esta represión con las nuevas tecnologías de toda esta maquinaria (cámaras, perfeccionamiento de los servicios de inteligencia…). El Estado necesita de toda esta maquinaria, puesto que el pueblo chileno fruto de las precarias condiciones de vida y la desigualdad existente en el país ha ido desarrollando diversos focos de resistencia y de lucha contra el Estado y el Capital.
El movimiento anarquista chileno ha estado muy presente en esta lucha. El movimiento anarquista en el Estado chileno tiene como característica la gran diversidad de estrategias a la hora de luchar, siendo por un lado el anarquismo partidario de la organización formal con diversas Federaciones anarquistas y el grupo cercano al anarcosindicalismo, Germinal, y por otro, les partidaries del denominado “insurrecionalismo”. En cualquier caso, la presencia de les anarquistas en diversos frentes de lucha está muy presente (la okupación, el movimiento estudiantil, la lucha contra las cárceles, la lucha en algunos sectores laborales, la lucha del pueblo mapuche…) Esta presencia de les anarquistas en la lucha social en el Estado chileno ha originado una fuerte represión contra este movimiento, con detenciones, torturas e incluso el asesinato.
La represión alcanzó su punto álgido el pasado 14 de agosto, fecha en la que tuvo lugar el allanamiento de varios Centros Sociales Okupados y domicilios de anarquistas que se saldó con la detención de más de una decena de elles. El montaje policial les acusaba de acciones terroristas y muches de elles aún siguen preses. Por otra parte, se da el caso del pueblo Mapuche, pueblo que lleva luchando contra la expropiación de sus tierras contra el Estado chileno y argentino cerca ya de 200 años. La lucha del pueblo mapuche en defensa de su tierra contra los intereses de las multinacionales y del Estado se ha recrudecido en los últimos años dándose una fuerte respuesta represiva; aplicándoseles en muchos casos la ley anti-terrorista con el encarcelamiento de centenares de preses y asesinades varies militantes mapuches, entre elles el anarquista Juan “Orangu” Cruz.
Las condiciones de desigualdad y pobreza del pueblo chileno han aumentado con la crisis capitalista mundial, y el descontento del pueblo chileno se percibe cada vez más en el ambiente. Es por eso que el accidente en la mina ha sido utilizado como una maniobra de distracción por parte de los medios de comunicación internacionales para desviar la atención de la problemática del Estado chileno. Se hace repugnante la utilización de expresiones por parte de estos voceros del poder como “el accidente ha unido a todo Chile”. Esta unión es completamente falsa, existe un enfrentamiento histórico que continua entre explotades y explotadores y por más que lo intenten ocultar, seguirá dándose hasta que el capitalismo, origen de esta desigualdad, haya sido destruido. Los medios de desinformación a nivel internacional construyeron una “ciudad de los medios” entorno al yacimiento minero, puesto que era necesaria. Necesaria no porque para informar de la situación de los mineros y de todo Chile sea necesaria toda esta infraestructura, es necesaria para crear una realidad en la que se presenta al Gobierno chileno como benefactor y cercano al pueblo. Es necesario crear una imagen y exaltar la figura de los títeres para continuar con ese capitalismo salvaje y mantener silenciadas las voces de les disidentes.
Desde el Grupo Bandera Negra, repudiamos la actitud de los medios de comunicación a nivel internacional y del Gobierno Chileno que conocía perfectamente las condiciones de peligro del sector de la minería. Exigimos la inmediata liberación de les preses anarquistas chilenes, a la vez de solidarizarnos con sus compañeres y familiares. Exigimos la liberación de todes les preses polítiques mapuches y, en general, la libertad para todo el pueblo mapuche.
¡Abajo los muros de las prisiones!
¡Contra el Estado y el Capitalismo! ¡Por la Anarquía!
Grupo Bandera Negra (FIJA - Madrid)
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