Los diferentes análisis que se están haciendo sobre la actual situación en la que nos encontramos pecan de superficialidad. Es cierto que los causantes son los de siempre: empresarios y banqueros, pero también lo son políticos, religiones y religiosos, cuerpos militares y de defensa de las naciones, “sistema democrático”, represión gubernamental, nuestro propio individualismo y aceptación del sistema impuesto...No debemos olvidar que la humanidad está metida en una rueda de la cual no puede salir si no se enfrenta al verdadero problema,a la raíz del sistema: la opresión del hombre por el hombre, la explotación de unas personas a otras.
Debido a esta dinámica que hemos asumido como mal menor, y “gracias” a la cual algunas personas se ven del todo excluidas de esta sociedad ficticia que hemos creado, nos encontramos en la misma situación que hace cien años. Estamos trabajando para beneficiar a las mismas personas de siempre: a los que poseen los medios de producción, a los que poseen el poder político, a los que poseen el poder espiritual, produciendo para ellos cosas que en ningún momento nosotros necesitamos para vivir. Pasa el tiempo y estas condiciones de producción de hacen más y más duras. Un claro ejemplo de ello es la última reforma laboral, con la pretenden tensar aún más la cuerda de la explotación: reducción de los costes de despido, aumento de la edad de jubilación, recortes en las prestaciones por incapacidad temporal... Y a la juventud nos afecta especialmente, se está intentando generar un contrato específico que reduzca el salario, incluso por debajo del mínimo legal, aumentando los sectores a los que pueden prestar servicios los trabajadores de ETT, en su amplia mayoría jóvenes, y además se fomenta la temporalidad.
El sistema democrático es la gran excusa para hacerlo, puesto que da apariencia de ética a una manera de gobernar que es tan despótica como cualquier dictadura. En realidad, desde hace treinta años en este país nada ha cambiado, las condiciones laborales van empeorando gracias a los "agentes sociales", sindicalistas del lado de la patronal con un modelo sindical heredero de la dictadura de Primo de Rivera: las elecciones sindicales. Además, se está avanzando hacia un control total (si es que este no se da en la actualidad) en todos los aspectos de nuestra vida.
Así, las sucesivas reformas educativas se encaminan hacia una formación de los trabajadores en base a lo que las empresas del futuro necesiten, no siendo necesariamente avances que beneficien a la humanidad. Las relaciones laborales patrón-trabajador serán cada día más precarias y estarán sometidas a las transformaciones y cambios que se den en el mercado laboral, que se basa en el consumo desaforado de los trabajadores para que los ricos y poderosos recuperen las pérdidas derivadas del mínimo aumento de nuestros salarios, salarios que tienen cada vez un menor poder adquisitivo.
Ya está bien de permanecer callados esperando que sea el de al lado el despedido. Ya está bien de esperar que no te toquen a ti. A todos nos interesa cambiar la sociedad. A todos los potenciales trabajadores de este planeta nos interesa dejar de lado la concepción de trabajo asalariado, que es una de las bases sobre las que se asienta la explotación humana, y empezar a entender el trabajo como la actividad mediante la cual, con la colaboración de nuestros iguales, satisfacemos nuestras necesidades materiales. Eliminemos para siempre el trabajo asalariado, estilete de los opresores, y emprendamos el camino de la liberación.
Por la revolución social, por la anarquía. Salud a los que luchan.
Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (F.I.J.A.)
Debido a esta dinámica que hemos asumido como mal menor, y “gracias” a la cual algunas personas se ven del todo excluidas de esta sociedad ficticia que hemos creado, nos encontramos en la misma situación que hace cien años. Estamos trabajando para beneficiar a las mismas personas de siempre: a los que poseen los medios de producción, a los que poseen el poder político, a los que poseen el poder espiritual, produciendo para ellos cosas que en ningún momento nosotros necesitamos para vivir. Pasa el tiempo y estas condiciones de producción de hacen más y más duras. Un claro ejemplo de ello es la última reforma laboral, con la pretenden tensar aún más la cuerda de la explotación: reducción de los costes de despido, aumento de la edad de jubilación, recortes en las prestaciones por incapacidad temporal... Y a la juventud nos afecta especialmente, se está intentando generar un contrato específico que reduzca el salario, incluso por debajo del mínimo legal, aumentando los sectores a los que pueden prestar servicios los trabajadores de ETT, en su amplia mayoría jóvenes, y además se fomenta la temporalidad.
El sistema democrático es la gran excusa para hacerlo, puesto que da apariencia de ética a una manera de gobernar que es tan despótica como cualquier dictadura. En realidad, desde hace treinta años en este país nada ha cambiado, las condiciones laborales van empeorando gracias a los "agentes sociales", sindicalistas del lado de la patronal con un modelo sindical heredero de la dictadura de Primo de Rivera: las elecciones sindicales. Además, se está avanzando hacia un control total (si es que este no se da en la actualidad) en todos los aspectos de nuestra vida.
Así, las sucesivas reformas educativas se encaminan hacia una formación de los trabajadores en base a lo que las empresas del futuro necesiten, no siendo necesariamente avances que beneficien a la humanidad. Las relaciones laborales patrón-trabajador serán cada día más precarias y estarán sometidas a las transformaciones y cambios que se den en el mercado laboral, que se basa en el consumo desaforado de los trabajadores para que los ricos y poderosos recuperen las pérdidas derivadas del mínimo aumento de nuestros salarios, salarios que tienen cada vez un menor poder adquisitivo.
Ya está bien de permanecer callados esperando que sea el de al lado el despedido. Ya está bien de esperar que no te toquen a ti. A todos nos interesa cambiar la sociedad. A todos los potenciales trabajadores de este planeta nos interesa dejar de lado la concepción de trabajo asalariado, que es una de las bases sobre las que se asienta la explotación humana, y empezar a entender el trabajo como la actividad mediante la cual, con la colaboración de nuestros iguales, satisfacemos nuestras necesidades materiales. Eliminemos para siempre el trabajo asalariado, estilete de los opresores, y emprendamos el camino de la liberación.
Por la revolución social, por la anarquía. Salud a los que luchan.
Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (F.I.J.A.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario