jueves, 18 de agosto de 2011
sábado, 28 de mayo de 2011
Salud a tod@s!
Informamos a l@s compañer@s que la inactividad sufrida durante estos meses en el blog se debe a la reestructuración del grupo y las prioridades de los que lo integramos, que no a su inactividad como tal.
Informar que hemos dejado de pertenecer a la Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas (FIJA) a pesar de lo agusto que nos sentiamos con los compañer@s y el buen funcionamiento de esta.
Por supuesto, seguimos creyendo en el anarquismo organizado como estrategia de lucha y en la necesidad de una Específica Juvenil, pero la realidad de nuestro grupo se acerca más a una estrategia de lucha mas global.
En brebe colgaremos el enlace del proyecto en el cual estamos participando.
Hasta entonces, nos vemos en las calles.
¡Salud y Acracia!
miércoles, 2 de febrero de 2011
domingo, 9 de enero de 2011
LA TEORÍA DE CUERDAS DEL SINDICALISMO
Ahora que se oyen ecos de huelga, vuelven a surgir desde ciertos sectores autointitulados como "alternativos" nuevas voces a la unidad de acción. Nosotros, férreos defensores de la unidad como mejor herramienta de lucha, queremos exponer nuestro punto de vista ante estas proclamas tiempo antes ya escuchadas.
Unidad de acción
"Una vez me dijeron:
Los tuertos pierden el sentido de la distancia
y con el paso del tiempo, todo
lo ven en un plano."
Nosotros, a diferencia de otras Organizaciones del panorama sindical y social, no entendemos la unidad de acción como algo separado de la unidad de teoría o de la unidad de debate. Creemos que la teoría y la práctica deben estar vinculadas estrechamente, pues toda acción debe llevar atrás una teoría que la justifique, toda teoría debe comprobarse por su puesta en práctica y toda acción, o toda puesta en práctica, debe reflexionarse y debatirse a posteriori, encontrar sus puntos fuertes y flojos, para no caer en los mismos errores o para repetir los aciertos. Para nosotros, pues, la unidad de acción es, o bien una llamada al activismo irracional, sin tener posicionamientos únicos, o bien una llamada a la repetición de viejos errores.
Creemos que la unidad de acción, entendida como hemos referido, como activismo irracional, solo viene a perpetuar la situación de conflicto, pues al no compartir una teoría tampoco se comparten unos objetivos, conflicto que es inherente a cualquier sistema de jerarquías, y por lo tanto, nosotros, como anarquistas, nos negamos a compartir unidad con quien pretende perpetuar el status quo. Esta situación se alcanza porque sin una lucha constante, sino simplemente espontánea o incluso esporádica, no se consigue ningún cambio, por lo tanto, esa unidad de acción es equivalente a unidad circunstancial, como bien refiere el compañero García Rúa1.
No podemos entender, de este modo, ninguna unidad con quien no compartimos una teoría, una forma de comprender la lucha social o una serie de objetivos, tanto a corto, como medio o largo plazo.
Sobre el sindicalismo alternativo como elemento institucionalizador
"La guillotina siempre
viene del norte
hacia el sur, por encima"
Rechazamos a todo el denominado "sindicalismo alternativo" o a toda la llamada "izquierda social". El sindicalismo alternativo, tanto en su etimología como en su práctica, es el que alterna, es decir, el que cambia o mejora algo. En este caso, lo que se cambia o alterna son las siglas del Sindicato y lo que se mejora es el sistema de representación. Si se introducen unas críticas o unos colores en un sistema, este sistema se perfecciona, pero no se destruye.
En este aspecto, los teóricos de la física que enuncian la teoría de cuerdas aciertan de lleno, pues el sindicato de representación no es un único punto o átomo, sino que se trata de una cuerda que se desarrolla en varias dimensiones: el sindicato mayoritario, el segundo sindicato mayoritario, el sindicalismo alternativo, el sindicalismo nacionalista, el sindicalismo abertzale, el sindicalismo corporativo... Así cada uno de ellos traslada la misma esencia delegacionistas a cada uno de los campos sociales o dimensiones en que se debe desarrollar (el sector "socialista", el sector "comunista", el sector "anarquista", el sector "nacionalista", el sector "abertzale", el sector "cristiano", el sector "desclasado"...) consiguiendo que los sectores descontentos de uno se desplacen a otra de las dimensiones sin eliminar su esencia representativa.
El "sindicato alternativo" mejora el sindicalismo de representación pero no lo elimina, es por ello que tiende a perpetuarlo, haciéndolo más fuerte a ataques externos o incluso a introducir en su seno esos ataques externos; pues dentro del sindicalismo de representación todos los discursos son válidos, lo que ya no es válido es todo tipo de prácticas. Eso son las prácticas que tienden a destruirlo como son la actividad consciente y continuada.
En un sistema de delegación, todo tipo de horizontalidad tiende a perderse, esta pérdida de horizontalidad conlleva, evidentemente, una jerarquización y una eliminación de funciones a los sectores inferiores o bases, esta eliminación de funciones en las bases conlleva a un aletargamiento, a una desmovilización, al delegacionismo, a la representación. La movilización de esas bases sólo será posible cuando así lo dictamen las jerarquías, pues las bases no pueden decidir sobre las cúpulas puesto que están desmovilizadas o sin capacidad de decisión, no en vano son, en este caso, afuncionales, y, por tanto, la movilización de esas bases no encuentra en esas jerarquías solo principio sino además fin; pues ésta jerarquía es la que marca los motivos de la movilización y sus objetivos. Encontramos pues, que la movilización de los sindicatos de representación es ajena a las bases, en este caso, a la clase trabajadora. Cosa que se materializa en el reciente caso de la última huelga general, donde no se vio ninguna asamblea de trabajadores que se posicionara sobre la idoneidad de convocar o no; incluso, no se contó con agrupaciones o sindicatos de la "periferia", es decir las jerarquías inferiores, provinciales o locales.
Ni queremos, ni podemos
"Somos todo eso y aún más,
todo lo que queráis,
sin preocuparnos
lo más mínimo."
Vemos entonces que no se trata, simplemente, de una cuestión teórica o ideológica, se trata de una cuestión de puesta en práctica de los mecanismos decisorios. Así, mientras unos se limitan a decidir desde despachos y poltronas porqué, cuándo, cómo y para qué movilizarse, otros necesitamos de un proceso horizontal; pues nosotros no hemos recibido ningún mandato de nadie para decidir por él ni le hemos entregado a nadie el nuestro. No se trata de procesos "lentos" sino horizontales y ajustados a la realidad social. Es un fracaso convocar a la huelga a quien no quiere hacerla, y en esto no se trata como en la cocina o en el sexo de aquello de "prueba y ya vemos", sino que cuando se convoca a una huelga se debe hacer con pleno convencimiento de que va a servir para algo, de que va a ser eficaz. Y la eficacia de las huelgas deviene, fundamentalmente, entre otros factores de importancia, de su seguimiento.
Ciertamente, puede sonar trasnochado o utópico hacer referencia a las huelgas indefinidas como exclusivo método de lucha eficaz, pero no es menos cierto que es más utópico pretender que una huelga sirva de algo cuando la convocan dos personas en nombre de varios millones de trabajadores, parados, estudiantes y jubilados. Para nosotros no es utópico hablar de cómo se tienen que hacer las cosas, porque que digamos como se tienen que hacer no significa que creamos que se pueden hacer ahora. Para hacer huelgas indefinidas o para conseguir Organizaciones horizontales fuertes hace falta un gran trabajo de constancia que no queremos obviar, aunque hay otros sí. Ahora, de nosotros depende que le sigamos el juego, porque no es el nuestro.
Donde dije digo digo Diego
"Templo de los buenos ciudadanos.
Los niños son torturados
hasta que confiesan
su primera mentira"
En último lugar, no podemos menos que hacer denuncia de la aparente hipocresía, del hábil gesto político y de la materialización del espíritu autoritario que supone que Organizaciones escisionistas tiendan ahora supuesto lazos a la unidad, a la falsa unidad desenmascarada.
Hipocresía porque es falso hablar de unidad a alguien del que te has separado por propia voluntad. Político porque es un gesto de electoralismo el proclamar unidad a sabiendas de que esta, a lo sumo, es circunstancial, autoritario porque se trata de hacer referencia a la unidad imponiendo unos posicionamientos que en su momento, cuando esa unidad existía, eran minoritarios.
En definitiva, denunciamos que el intento de convocatoria de huelga por Organizaciones del autointitulado "sindicalismo alternativo" referenciado, por el momento, por sectores escindidos y vueltos a escindir del anarcosindicalismo, no es sino una sutil maniobra y un gesto electoralista. Pues no utiliza la huelga como herramienta de lucha sino como método de propaganda, transmitiendo una imagen distorsionada de su realidad.
Juventudes Anarquistas de León (FIJA)
1Recapitulación confederal, José Luis García Rúa. Orto. Nº 157-158 Abril-Septiembre 2010.
domingo, 12 de diciembre de 2010
LA REVOLUCIÓN INTERIOR
Texto de Distri Maligna : http://distri-maligna.blogspot.com/2010/11/la-revolucion-interior.html
viernes, 19 de noviembre de 2010
El 20-N y el “Antifascismo” desde una óptica anarquista
Otro año más llega el “20N”. Una fecha plagada de macabras efemérides en la historia reciente de España. Desde la muerte de Durruti (1936), hasta el fallecimiento de Franco (1975) pasando por el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera (1936) y, más recientemente, el asesinato de Santiago Brouard (1984) a manos del GAL y Josu Muguruza (1989) tiroteado por dos fascistas de la organización Bases Autónomas, uno de ellos el célebre Ricardo Sáenz de Ynestrillas.
Y un año más por todo el territorio del Estado se organizan manifestaciones. Toda una exhibición de fetichismo obrero y parafernalia de temática antifascista tomando las calles de las principales ciudades del Estado como si en plena Guerra Civil nos encontrásemos. Quizá se produzca alguna carga policial, puede que incluso una auténtica reyerta contra unos neonazis. Pero al igual que todos los años llega el 20N, también es habitual que después llegue el 21, y con él, el fin de toda esta “ofensiva antifascista”. Desaparecen las manifestaciones, las banderas, las charlas, desaparece hasta el mismo “movimiento antifascista” que se echa a hibernar hasta el siguiente 20N, o bien hasta que algún partiducho neofascista convoque algún acto simbólico, casi pidiendo a gritos que alguien se lo intente reventar para tener su minuto de gloria en la televisión.
Lo curioso es que el “movimiento antifascista” no desaparece por falta de efectivos. Demostrado queda que es capaz de congregar a muchas más personas que la mayoría de movimientos sociales cuando la ocasión se presenta, como lo fue el asesinato de Carlos Palomino, precisamente en vísperas de un 20N que fue bastante concurrido a pesar de la presión policial. La realidad es que, pasadas estas fechas, todo se diluye y se convierte en un goteo de peleas callejeras, no muy distintas a las que protagonizan los miembros de diferentes bandas o tribus urbanas. Totalmente idénticas a ojos de un trabajador de a pie, que no se siente identificado con las motivaciones del antifascismo.
Y por qué. ¿Por qué la clase trabajadora no sale a la calle a luchar contra el fascismo? Muy posiblemente porque nadie ve al fascismo como una amenaza más que el propio “movimiento antifascista”. No es fácil convencer a nadie de que esos 50 cabezas rapadas que acuden a las manifestaciones del MSR o de Democracia Nacional (cada unos a las suyas, eso sí, que si no la lían) y que dan un aspecto patético rodeados por el triple de policías protegiéndoles de turbas que les apedrean allí por donde pasan, son el brazo armado del capitalismo democrático. No es fácil convencer a nadie, porque no es cierto.
Puede que en el primer tercio del siglo XX el fascismo tomara el papel de arma de la burguesía contra el imparable avance de los movimientos revolucionarios en toda Europa, pero si trasladamos esa situación al contexto actual la cosa no se sostiene. Al menos si consideramos que los grupúsculos neonazis son el verdadero fascismo hoy día. Atacar a los neonazis es simplemente ir a la superficie del problema que no es otro que elnacionalismo, la verdadera ideología que sostiene y legitima al estado, y de la cual, hoy en día el nazi-fascismo no es más que una interpretación llevada a extremos paranoicos como ese miedo/odio irracional hacia los extranjeros (sólo a los que son pobres, eso sí).
Llegados a este punto, podríamos concluir que la táctica antifascista es un error en la percepción del verdadero enemigo, que no está en los parques pintando esvásticas al revés sino sentado en las poltronas del Estado y de las grandes corporaciones. Podríamos, si no fuera porque la utilización de la famosa “unidad antifascista” por grupos dudosamente revolucionarios ya nos suena de algo.
No enumeraremos una vez más todas las luchas que los partidos de la izquierda autoritaria han vaciado de contenido y posteriormente domado y destruido en post de la famosa unidad. Nos limitaremos a intentar no entrar de nuevo en el juego. El hecho de que varios colectivos estén en contra de los neonazis es más un síntoma de cierta cordura que de identidad ideológica. Por lo tanto, seguimos considerando que no luchamos por lo mismo que los partidos marxistas, a pesar de que ambos sintamos un profundo desprecio por los grupos racistas y xenófobos. Y por lo tanto, no vemos la necesidad de que se produzca ninguna unidad en torno a una amenaza que no es tal, por mucho que digan, y que nos haga renunciar a cualquiera de nuestros principios tácticos.
Queremos unidad, sí, pero unidad contra el verdadero enemigo: el Estado, y su ideología: el nacionalismo. Unidad contra todo lo que posibilita que el nacionalismo cale en el pueblo alejándolo de toda ansia de emancipación. Unidad contra el autoritarismo, contra la censura, la represión y la explotación. Unidad contra el capitalismo y por el comunismo libertario:
POR UN MUNDO SIN FRONTERAS, SIN ESTADOS, SIN GOBIERNOS Y, POR LO TANTO, SIN FASCISMO
GRUPO ANARQUISTA LOS INCENDIADORES
martes, 16 de noviembre de 2010
Encuentro por la Liberación Animal (Bcn)
Actualmente, donde la explotación tanto animal no humana como humana es brutal y devastadora, donde la verdadera cara del poder y la dominación quedan cada vez más claramente al descubierto, consideramos que hay motivos suficientes para intentar con más fuerza que nunca retomar una lucha en algunos ambientes casi olvidada. Un concepto base, el antiespecismo, tan poco interiorizado, pero que nos une con el resto de animales, es básico si nuestro objetivo es un cambio profundo y real en nuestra forma de entender, vivir y luchar por la recuperación de nuestra vida.
Son estos algunos de los motivos por los que nos hemos decidido a organizar estas jornadas, que pretenden ser un punto de encuentro, de intercambio de ideas y de discusión para todxs aquellxs que pensamos que la lucha por la liberación animal no sólo pasa por ser veganx. Hemos intentado darle un contenido práctico a estas jornadas, abordando algunos de los puntos que nos parecen más importantes para construir un movimiento firme que nos dote de las herramientas más eficaces para conseguir nuestros objetivos. Para ello hemos contactado con personas que creemos están llevando a cabo interesantes proyectos en el ámbito de la liberación animal (campañas, santuarios, investigaciones, etc.) y que consideramos que su experiencia puede sernos enriquecedora.
Por ello, os invitamos a todxs a acudir a estas jornadas con el ánimo de participar y no ser simples oyentes y con la esperanza de que este tipo de encuentros y prácticas sean algo continuo y permanente.